Esta historia de este niño pobre que sorprendió al dueño de un restaurante, es un ejemplo perfecto donde podrán ver lo que hay hoy en día en la actualidad, en lo que nos rodeamos diariamente. Como por ejemplo que juzgamos las apariencias de los demás, sin saber que ha vivido o no ha vivido y la verdad para nosotros, la intención es lo que cuenta.
Está historia que encontramos en una página de Facebook llamada Filmelon, hablaba de que un niño pequeño llegaba a un restaurante, como el niño iba mal vestido y su apariencia no era «la correcta» para ese local, a primera vista todos pueden pensar que es un niño de la calle.
A la que los clientes que estaban dentro del restaurante intentarlo evitarlo, incluso el propietario en si del local se acerco a él para apartarlo de sus clientes, mantenerlos lejos de él.
Después el propietario le dio dos cachos de pan, a la que uno se lo comió y el otro lo guardo en su bolsa. Antes de salir el niño pobre pago lo que le habían brindado, incluso dejando propina.
Una vez el propietario regreso a al lugar donde el niño se había sentado, al descubrir que había dejado el pago de los dos cachos de pan y incluso dejando propina con el trato que le habían dado, el dueño no pudo contener sus lagrimas cuando la realidad lo golpeo bien fuerte.
El propietario salió corriendo de su restaurante en busca de el niño, pero no tuvo éxito ya que se había ido de esa zona. Pero cuando vean el vídeo, al final sale como el otro cacho de pan que había guardado, se lo estaba dando a su hermana pequeña.
Así que recordar, juzgar a las personas por sus apariencias esta muy mal hecho. Ya que esa persona puede ser la más amable y honesta del mundo, y porque tenga unas apariencias malas, eso suele ser temporal, fíjate siempre en la belleza interior y no en la exterior, todos somos bonitos para la vista del ser humano.